Noticia editorial
Acontecimiento Schreber Gonzalo Percovich
Hablar es ya escribir
Jean Allouch
Sobre lo indispensable de no recurrir a las categorías psiquiátricas en el análisis
George-Henri Melenotte
Robert Schumann o qué hacer frente al canto de las sirenas
Jorge Huerta
De la ausencia de obra al reencantamiento
Gabriel Meraz Arriola
Til Madness Do Us Part. Viaje con Wang Bing
Marie Jardin
Hervé Guibert. Videógrafo-Archivista
Françoise Jandrot
Sólo las monografías clínicas
Jean Allouch
Una escritura sobre el (a)muro. A propósito del libro de Patricia Janody Zone frère. Une clinique du déplacement
Lucía Rangel H.
La política de los gustos
Susana Bercovich
UNA PRESENTACIÓN DE LACAN
Lacan orador. La voz en escena
Danielle Arnoux
Dice Foucault: “En el momento en el que se pone en funcionamiento un dispositivo para obligar a decir lo “ínfimo”, lo que no se dice, lo que no merece ninguna gloria y, por tanto, lo “infame”, se crea un nuevo imperativo que va a constituir lo que podría denominarse la ética inmanente del discurso literario de Occidente”.
La nosología psiquiátrica heredada por el psicoanálisis, no solamente no tiene ya mayor servicio para aquello de lo que se trata en la intimidad de un consultorio sino que, además, “asfixia”, como bien lo señala George-Henri Melenotte en este mismo número, la singularidad propia de nuestro ejercicio.
La presente entrega de nuestra publicación, mediante el abordaje de los problemas a los que apunta dicho principio, es acaso tan sólo un intento entre otros para poder sustraerse a tal herencia: proponemos una aproximación —si bien parcial— al problema a través de la utilización de otros términos: el de “Acontecimiento”, por ejemplo, que retomamos aquí con objeto de facilitar una lectura de las “experiencias” (al menos, ciertamente, artísticas y literarias) que presentamos a continuación, que permitan la abstención del uso de aquellos otros que apuntan hacia una “cientificidad” de la misma psiquiatría.
En otras palabras: nos acercamos más claramente a la expresión de la locura —principalmente gracias a la literatura— tomando como soporte la obra artística misma, en lugar de la opresiva categorización de la clínica psicopatológica. Es en la singularidad manifestada en estos ejercicios de lectura-escritura que vemos abrir una ventana de oportunidad para poder pensar de manera diferente un problema tan ingente como el que nos planteamos con este número. Incluso, para cuando esté en circulación, habremos llevado a cabo en la Ciudad de México un seminario en el mismo sentido: Acontecimiento Schreber que habrá dictado Gonzalo Percovich cuyo trabajo encabeza los textos que ahora ofrecemos.
Si algún autor de la Antigüedad fue capaz de señalarnos el camino de dicha singularidad, ése fue Sófocles: ciertamente uno de los “adelantados” en hacerlo, y por ese motivo publicamos el TEXTO que acompaña a este número, por primera vez en español. Sófocles es un ensayo biográfico y crítico de John Addington Symonds, poeta, ensayista, hombre de letras universal, sobre una de las cumbres del drama griego, tan cercano a nosotros y, por más que no lo parezca, tan frenéticamente actual.
La artista Renata Gerlero, pintora y grabadora, nos ha permitido reproducir su bella pieza “Water” como presentación visual de nuestro número. Le damos desde aquí mil gracias por ello, y a nuestros lectores deseamos, como siempre, una feliz y crítica lectura.
Con este ejemplar se cumplen dieciséis años de la publicación del primer número de me cayó el veinte, y ha sido necesaria la participación desinteresada de mucha gente para poder llegar a este hito. Una de ellas, a lo largo de todos estos años, fue la de nuestro amigo Laurent Cornaz, recientemente fallecido. Gracias a su entusiasmo y solidaridad, aceptó nuestra primera invitación para dictar un seminario en México, que nos permitió hacernos de los recursos necesarios para echar a andar el proyecto. Y no sólo eso: su decidida aportación con artículos y otros seminarios y coloquios fueron una constante en la vida de nuestra editorial.
Su prematura y lamentable partida nos llena de tristeza, y no queremos dejar de dar testimonio de ello. A él le dedicamos este número con nuestro más profundo agradecimiento.
Sófocles
Symonds señala el camino para poder leer en Sófocles algo de otro orden, digamos, el nacimiento de un “nuevo hombre” que se va a enfrentar, más que con las fuerzas ignotas de la divinidad, a sí mismo y su deseo. Poco tiempo después de Symonds, Freud y Lacan se apoyarán en este mismo andamio para proponer otra lectura de los dos grandes personajes de la creación sofocleana: Edipo y Antígona.
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