Noticia editorial
La catarsis de Lacan
Rodolfo Marcos-Turnbull
La sordera de Aristóteles o por qué los filósofos no entienden la poesía
Julio Hubard
Sócrates de cabeza
Antonio Montes de Oca T.
Sócrates entre Nubes y Ranas
Pola Mejía Reiss
Inspirarse en experiencias irrecuperables
Moisés Hernández Carrasco
DOCUMENTOS
Nota preliminar: Antonio Montes de Oca T.
La catarsis en Aristóteles, Bernays y Freud
Juan Dalma
ONIROCRITICON
Sueño y locura: peripecias foucaultianas
Gonzalo Percovich
Freud, el puerco y las trufas
Jaime Ruíz Noé
El sueño, un despertar que comienza
Jessica Bekerman
A PROPÓSITO DE NEGRO PERFECTO
Nota preliminar: Jaime Ruíz Noé
Interpretación e iluminación
Jean Allouch
TOPOLOGÍA
Para acabar con la esfera
Gabriel Meraz Arriola
CONTRA LA PSICOCRACIA
Leopoldo Ma. Panero, testigo y crítico de la “psicocracia”
Raquel Capurro
Stendhal: un seudónimo hecho síndrome
Jorge Huerta
En el verano de 2016, quienes formamos parte de la Editorial me cayó el veinte, organizamos una jornada de trabajo que, de manera aparentemente muy “natural”, dimos en llamar “Un día con los griegos”.
La idea había empezado a tomar forma cuando nos cayó el veinte respecto a la cantidad —se podría agregar: “enorme”— de textos que habíamos publicado desde el principio de nuestra labor editorial, pero más señaladamente de manera reciente, que tocaban, de forma directa o indirecta, lo que, para ser breves, llamamos “tema griego”. Bien que el asunto central se abordara tal cual en nuestros libros: Pequeñas lecciones sobre el griego antiguo, El acontecimiento Sócrates; bien que en muchos artículos se tratara de costado: “Perseo y la Gorgona: un apotropaion”; “La aporía de Freud”, “El espacio del cuerpo”, el asunto es que ese tema ha cruzado y cruza la vida entera de nuestras producciones.
Así, durante la jornada se presentaron varios trabajos, la mayoría de los cuales se pueden leer en este número. Otro efecto notable y no previsto de la iniciativa y que no podemos dejar pasar desapercibido, fue la respuesta de nuestros amigos y colegas uruguayos quienes tiempo después de nuestra actividad llevaron a cabo una similar cuyos trabajos serán publicados en el siguiente número. Esa voluntad uruguaya subraya que nuestra ocurrencia se conformó como auténtico trabajo de la escuela a la que pertenecemos.
Mención especial merece en esta ocasión el TEXTO que acompaña el número: se trata de un verdadero hallazgo editorial, que constituye una primera edición en español: Elementos del tratado perdido de Aristóteles sobre el efecto de la tragedia, de Jacob Bernays. La traducción original de esta obra, que requirió un formidable afán, la realizó Pola Mejía Reiss, a quien agradecemos de manera especial su es- fuerzo. Una pequeña crónica del origen del texto y un poco de historia sobre el autor, así como una nota respecto a las dificultades que implicó esta traducción podrá encontrarse tanto en algún artículo de la revista como en el texto mismo.
Mucho nos complace también recibir en nuestra casa la reconocida y admirada obra del maestro Arturo Rivera, quien en esta ocasión nos honra con La rosa de Ariadna como ilustración de portada. La obra del maestro Rivera se ha presentado en galerías y museos tanto de nuestro país como del extranjero. Agradecemos mucho la generosidad de su gesto.
A todos los que participaron en estas actividades, y en esta y las demás publicaciones “griegas” a lo largo de los años reiteramos nuestro agradecimiento: con ellas reconocemos la actualidad de la presencia griega y sobre todo su importancia para aquello que nos ocupa: el análisis.
Elementos del tratado perdido de Aristóteles sobre el efecto de la tragedia
Jacob Bernays, tío de Martha Freud, helenista y latinista que formaba parte de la “nobleza de la cultura alemana” según Lacan, escribió este opúsculo al que calificó como de “claridad cristalina”. Este pequeño gran tratado resulta en un exhaustivo estudio del concepto aristotélico de la catarsis que tantas consecuencias habría de tener en el nacimiento y posterior desarrollo del psicoanálisis.
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