
Fecha de lanzamiento: 29/08/2025
Nº 49 ¿Ha dicho usted «transfobia»?
ISSN: 2007-2791
200 páginas
$ 400.00 MXN

Paquete: Revista Nº 49 + TEXTOS
Precio especial: $ 600.00 MXN
Noticia editorial
Hacia otra época… la frase incluida en la portada de este número de me cayó el veinte pone de manifiesto un movimiento, quizás un desplazamiento, mas no una ruptura. Hace casi veinticinco años se apostó por una revista de psicoanálisis en español, impresa negro sobre blanco, que pudiera interrogar el ejercicio del análisis junto a un público lector. Hoy, en la era de las pantallas y las redes digitales, esa apuesta se mantiene y se renueva mediante interrogantes que inciden de lleno en la actualidad del análisis. En estos nuevos tiempos, la moneda sigue al aire, ¿caerá?
Bajo el título ¿Ha dicho usted “transfobia”?, se ha buscado dar lugar a una interpelación dirigida al psicoanálisis… o, mejor aún, a los psicoanálisis. Desde hace tiempo, diversas voces provenientes de los activismos, los estudios trans y la teoría queer, pero también del interior del propio campo freudiano, han denunciado un rechazo —a veces sutil, otras veces feroz— hacia las subjetividades trans. Desestimar estas críticas sería un error, pues constituyen un llamado a desmantelar las categorías más patologizantes y los saberes más normativos que, de manera implícita o explícita, ciertos psicoanálisis han forjado o avalado, contribuyendo a la estigmatización de quienes no se ajustan o francamente desafían el binarismo del sistema de sexo/género.
Si tan preciada es la escucha para el ejercicio analítico —al igual que la lectura a la letra, que permite la apertura a una alteridad radical— bien cabe preguntarse: ¿pueden las y los analistas, independientemente de su pertenencia a tal o cual comunidad analítica, hacer oídos sordos a dichas críticas? ¿Es factible descartar tales cuestionamientos en nombre de una lectura que se pretenda más fiel o acabada de los textos de Freud o Lacan, como si esta cuestión se redujera a un mero conflicto hermenéutico de interpretaciones sesgadas? Si de apuestas se trata, este número de me cayó el veinte ha apostado por darle cabida a lo que diversas voces tienen que decir al respecto de un asunto que no puede seguir pasándose por alto.
Transfobia, transmisoginia o transantagonismo, son sólo algunas de las maneras en que ha sido denominado ese rechazo, y que quizás no sean otra cosa que avata-res de la contratransferencia. Una contratransferencia que, según la propia definición de Lacan, ha estado alimentada por “la suma de los prejuicios, de las pasiones y de las perplejidades del analista, incluso de la insuficiente información del analista”. Esta contratransferencia no solo implica una dimensión erótica, sino también estructural, con efectos que no solamente han incidido en las personas trans, sino en cualquiera que alguna vez haya tenido que vérselas con el género, ya sea el propio o el de otrxs (sí, con “x”, a contrapelo del binarismo).
Abrir preguntas en torno a estos asuntos no sería tan incómodo si las respuestas fueran sencillas. Sabemos que no lo son. Por lo demás, tampoco se pretende descubrir el hilo negro; si acaso, hilar de otro modo. Desde hace veinte años, la École lacanienne de psychanalyse, con el impulso de la propuesta de Jean Allouch, ha procurado acoger los gay and lesbian studies, la queer theory y los gender studies al interior del campo freudiano. Y a este listado habría que agregar, por supuesto, los trabajos de los trans studies. Este número de me cayó el veinte busca sumarse a dicho gesto. Sin embargo, más que tratarse de una acogida (¿es que acaso dichos estudios buscaban ser acogidos, es decir, recibidos, si no es que incorporados?), lo que esto realmente implica es una salida de sí —de lo propio o, peor aún, de lo familiar— para más bien dirigirse a un afuera, si no es que un fuera de sí.
Así, precedidos por una carta que ha llegado a uno de sus posibles destinos, los textos reunidos en el cuerpo principal del número pertenecen a autorías de diversas instituciones, grupos o escuelas de los psicoanálisis. Con ello también buscamos desmarcarnos de una cierta endogamia cuyos efectos son de encierro. Estas voces buscan poner algunos puntos sobre las íes con respecto de esa transfobia que ha llegado a abrirse camino en el campo freudiano, interrogando prácticas, saberes y epistemologías, para proponer así una escucha más abierta.
El número incluye, además, tres secciones que dialogan de cerca con los contenidos del cuerpo principal. En “La erótica analítica en disputa” se reúnen textos que abren preguntas sobre la erótica —o, mejor aún, las eróticas— que se ponen en juego en el ejercicio del análisis. ¿Puede sorprender que, a su manera, cada uno de estos textos ponga sobre la mesa algo del orden de lo político? Sección que se prolonga con “Escritos de La Interzona MVD”, donde se reúne un par de textos dedicados a la invención de la heterosexualidad, no tanto como erótica, práctica u orientación sexual, sino como régimen político en el cual Freud —lo haya querido o no— terminó por desempeñar un papel muy significativo. Finalmente, la tercera sección “Escribir es traicionar” recoge un par de reflexiones de una erótica distinta, ajena a la domesticación, inspirada en la escritura de Camila Sosa Villada.
Este número se acompaña de la publicación de Historias arrugadas (1938-2018), título incluido en nuestra colección TEXTOS DE me cayó el veinte. Inspirado en el sueño del “pequeño Hans” y en nociones de la física moderna, Yann Diener —quien también colabora en este número con un artículo— recurre a la noción de “arrugado” (chiffonné) para proponer una relectura de la repetición freudiana. La historia no se repite como una copia, sino que se pliega sobre sí misma, creando nuevas conexiones entre momentos distantes en el espacio y el tiempo. ¿Será que el inconsciente es un espacio arrugado donde se pierden los límites entre lo interno y lo externo, o entre pasado y presente?
Last but not least, queremos extender un profundo agradecimiento a la artista María Conejo (@maria_conejo) por permitirnos recurrir a su mística y erótica obra “Tout en un” (acrílico sobre papel, 2017) para la portada de este número que se abre a una nueva época.