Nº 25 La fabricación del masoquismo
ISSN: 2007-2791
Páginas: 169
Precio: $ 300.00 MXN

Noticia editorial

Si algo se nos ha hecho más o menos evidente al conformar este número de nuestra revista es que la denominación de “masoquismo” o “masoquista” para calificar una “aberración” sexual o un “aberrante” practicante sexual es, a la vez, injusta y errónea.

Es errónea por el carácter moral que se le ha dado a tal nomenclatura cuando, en el fondo, no se trata sino de una práctica sexual otra. Si se puede ser capaz de desprenderse de siglos de moralización occidental, se podrá convenir en que tal práctica no es más “extraña” que cualquiera otra.

Pero además, tal nominación, como queda demostrado en varios ensayos (si no es que en todos) que a continuación siguen, es injusta porque ha desviado la atención y ha prejuiciado la lectura de la obra, inmensamente rica en matices y contenido, de un homme de lettres singular cuyo valor literario está por encima de cualquier duda, siempre y cuando uno pueda, en efecto, desprenderse del prejuicio habitual.

Lo que nos lleva a plantear una pregunta, misma que tardará en responderse, sin duda, sobre la naturaleza de las relaciones entre al autor y su obra. No por nada, recientes estudios (Danielle Arnoux sobre Camille Claudel, muchos otros en boga sobre Oscar Wilde, André Gide, o, aun Schumann, Nijinski o Modigliani, por ejemplo, por mencionar sólo unos cuantos) se ven enfrentados a poder cernir lo que la leyenda del personaje hace obstáculo a la mirada o a la escucha o a la lectura de una obra. Y si bien la cuestión ni por mucho está zanjada, el número que presentamos intenta abrir un espacio a la discusión, …que, como siempre, es una pretensión. Nuestra esperanza es que con éxito.

A riesgo de insistir sobre el tema, y como muestra de lo que señalamos líneas arriba, baste leer el libro que hemos pergeñado dentro de nuestra cada vez más rica colección Textos de me cayó el veinte. Se trata de una serie de cuentos compilados, ordenados y presentados por Ana Grynbaum, a quien agradecemos, de Leopold von Sacher-Masoch que, no dudamos, no se conocen del todo en los países de habla hispana. De hecho, salvo La Venus de las pieles y alguna otra novela, la obra de este gran autor es prácticamente desconocida en nuestros países, entre otras cosas, o sobre todo, por los prejuicios a los que hemos hecho referencia. La difusión del resto de su obra ha sido mínima y, generalmente, por editoriales —como la nuestra— marginales. Pero no por eso dejamos de insistir en la lectura de este autor que carga bajo sus espaldas el peso de una designación inicua.

Para ilustrar en esta ocasión la portada y la cuarta de forros del número, agra- decemos la generosidad de otra gran artista mexicana, Nunik Sauret, quien nos ha permitido reproducir su obra Arquetipo I, litografía a 3 tintas en piedra.

Como siempre, nuestra gratitud a todos aquellos que hacen posible nuestra labor y la posibilidad de seguir ofreciendo un lugar para la discusión del psicoanálisis en México.

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