Nº 4 La dimensión de la pérdida
ISSN: 2007-2791
Páginas: 236
Precio: $ 220.00 MXN

Noticia editorial

Hay números de revistas que se van armando en el transcurso de su propia fabricación, como si cada artículo recibido encontrara su lugar justo en el momento en que fuera propuesto. Hay otros números, por el contrario, que solamente après coup alcanzan su particularidad.

Tal es el caso de nuestra cuarta entrega, ya que una vez armado todo el número, nos dimos cuenta de que, por primera vez, todas las colaboraciones son aportadas por miembros de la école lacanienne de psychanalyse. No es algo, ni por mucho, de gran valor, ni conlleva una política editorial: nada más alejado de nuestro interés. Pero denota cierto momento por el que estamos atravesando algunos que formamos parte de esta escuela con respecto al sendero de nuestros trabajos alrededor del psicoanálisis, y sobre la clínica psicoanalítica.

La dimensión de la pérdida aferente sobre todo al goce, no es ajena a los temas que nuestros autores tratan en sus trabajos. Es la recordación, en cada uno de ellos, de que el objeto, de entrada, está perdido, que su señal es la angustia pero que ésta, como dice Lacan, es justamente señal de defensa contra “esa cierta falta”.

La idea original de este número surgió hace unos meses, en febrero de este año, cuando Jean Allouch vino a México a dictar un seminario: Para introducir el sexo del amo. Como ya viene siendo una costumbre con algunos desde hace algún tiempo, los seminarios se realizan con el esfuerzo y la participación de otros que, llamados por los argumentos a desarrollar, se manifiestan en los mismos con trabajos hechos ex-profeso para tal efecto. Algunos de ellos profundizando en los postulados de quien dicta el seminario y otros con la exposición de sus críticas. En este caso fue exactamente así como se desarrolló la actividad, y estamos incluyendo en este número la mayoría de los trabajos que ahí se presentaron.

Se publican algunos más, mismos que se enlazan, en su intención, con el espíritu que promovemos con este número: mostrar cómo, a partir de la iniciativa de uno o de varios, se puede desarrollar un trabajo de escuela en diferentes ámbitos y en distintos momentos. Nos referimos a los trabajos de Lucien Favard, presentado en París al interior del seminario que el mismo Jean Allouch sostiene ahí; y de Estela Maldonado, de Córdoba, que es una honda reflexión sobre el trabajo de Leo Bersani y de algunas de sus propuestas. El trabajo de Favard, que es una lectura rigurosa (con una conclusión sorprendente) de la lectura que Lacan hace del caso de la «joven homosexual», está —por razones que su lectura despejará— en una nueva sección contingente que hemos incluido en este número, donde en un futuro aparecerán más trabajos y que hemos titulado Ropajes del analista. Lo agrupamos junto con el trabajo de Gloria Leff que continúa su minucioso estudio sobre las respuestas del analista, que publicamos en el número anterior.

Los tres primeros trabajos en el cuerpo principal de la revista se presentaron en México en el seminario de referencia y son obra de Marcelo Pasternac, Josafat Cuevas y Lucía Rangel, mismos que hemos agrupado porque corresponden a posiciones críticas (sin especificación del signo) de sus autores con respecto a uno o más puntos que el propio Allouch ha planteado a lo largo de sus trabajos. El de Pasternac, aprovechando una frase de Allouch, puntualiza algunas ideas de éste con relación a Foucault.

Continuamos con los estudios de Juana Inés Ayala y Susana Bercovich que prolongan, de cierto modo, al de Estela Maldonado y constituyen, sobre todo el primero, su lectura crítica del propio Bersani; proseguimos después con el trabajo de Beatriz Aguad, que es una continuación de su estudio alrededor de Michel Foucault y David Halperin, para terminar nuestra sección principal con un pequeño ensayo de Rodolfo Marcos-Turnbull quien, a partir de un libro de Pascal Quignard: El sexo y el espanto, nos presenta la forma en que la tradición cristiana heredó un concepto fundamental para su doxa a partir de una reacción político-moral al “desenfreno” romano.

Nuestra sección Conferencias incluye dos: la presentada por Antonio Montes de Oca T. en la Universidad Autónoma Metropolitana, con motivo de un ciclo de homenaje a Lacan al cumplirse los 100 años de su nacimiento, y la dicha por Jean Allouch en México un día antes del seminario que mencionamos líneas arriba. Ambas, debajo de un aparente tono travieso, muestran la singularidad de la forma de transmisión del propio Lacan quien, despojándose de toda solemnidad, no dejaba de descubrir constantemente que aquello de lo que se trata se encuentra en la pregunta más insulsa o en la reacción más inesperada.

Una sección más, en este número, la hemos titulado A cien años. Está conformada por los trabajos de Manuel Hernández, sobre el sueño de la inyección de Irma de Freud, cuyo centenario de publicación de la La interpretación de los sueños está aún fresco, y una pequeña reflexión a cargo de Luis Tamayo sobre el centenario del nacimiento de Lacan que se cumplió el pasado trece de abril.

Siguiendo nuestra no por joven menos ya consistente tradición, la portada de nuestro número, La dimensión de la pérdida, la ilustra un óleo original sobre tela generosamente donado por nuestra amiga la pintora Susana Orvañanos que se titula La Mirada. Nuestro agradecimiento sincero por el solidario gesto que representa la acogida que se le ha dado a nuestra revista que con este número cumple su segundo año de existencia.

Para terminar, pero sin ser lo último, hemos editado en esta ocasión dentro de nuestra colección TEXTOS de  un pequeño libro de Walter Pater, el notable crítico de arte inglés, maestro de Wilde y un precursor en el pensamiento crítico inglés. El matrimonio de Cupido y Psique, que es un relato recontado a partir del Asno de Oro de Apuleyo, el cual, además de ser un texto delicioso, nos permite ver cómo la misma historia se puede contar de más de una forma. La cuidadosa traducción, notas y presentación estuvieron a cargo de Antonio Montes de Oca T. Con este texto cerramos una serie que junto a los libros que editamos en los primeros tres números de: Oscar Wilde, John Cowper Powys y Oliver Goldsmith nos mantuvieron estos dos años ocupados en las islas británicas. A ver a dónde nos conduce nuestra siguiente serie.

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